Monterrey, julio 15.- Con la llegada del calor aumenta el riesgo de deshidratación. Ésta se produce cuando la pérdida de líquidos es superior a la cantidad que ingerimos.
Cada año, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), así como otras instituciones de salud, atienden cuadros de deshidratación y quemaduras por exposición al sol, sobre todo en esta temporada veraniega.
El agua es la fuente de la vida. Sin embargo, no todos toman la suficiente. Hay casos donde las personas no tienen acceso al agua. Pero existen situaciones donde simplemente a un individuo se le ‘olvidó tomar agua’. Suena absurdo, pero es cierto. Muchas personas sólo tomamos agua cuando tenemos sed.
Incluso, el mercado ha aprovechado este caso para lanzar retos y provocar que la gente tome dos o tres litros diarios.
¿Por qué nos cuesta tomar agua? El estrés, el trabajo, las miles de ocupaciones… en pocas palabras: el descuido.
Lo cierto es que podemos sobrevivir sin comer durante casi un mes, pero sin tomar agua, en cambio, resulta imposible hacerlo luego de tres días. A diferencia de otros nutrientes, ésta no tiene la capacidad de almacenarse en el organismo y, por lo tanto, es necesario ingerirla de manera regular.
Nuestro cuerpo es 60% agua, por eso para mantenerlo en equilibrio es fundamental tener una buena hidratación.
Los síntomas de una deshidratación son sequedad, fatiga, dolor de cabeza, náuseas y vértigo. Estos síntomas pueden resultar confusos y deberse a otro fenómeno, pero hay una prueba que no falla: se pellizca la piel sin clavar las uñas, si queda una marca quiere decir que la persona está deshidratada.