LA ALEGRIA DE VIVIR
Por Omar Cervantes/ Especialista en Adicciones
Una de las preguntas que más nos hacen a los especialistas en adicciones es cómo saber detectar si alguna persona ya está en adicción o como reconocer cuando haya dejado de ser un bebedor normal y se ha convertido en un alcohólico, para lo cual por supuesto existen criterios diagnósticos que pueden generar la historia clínica de un paciente.
Debemos recordar que la adicción es definida como una enfermedad crónica del cerebro, progresiva, incurable pero tratable, caracterizada por la obsesión de seguir consumiendo alguna droga (incluyendo el alcohol) a pesar de los daños que ello ya le ha significado a la persona.
Como también lo hemos dicho, la negación es uno de los mecanismos de defensa más difíciles de romper de un enfermo adicto, por lo que a pesar de que es muy probable que el paciente sepa ya que hay un daño, se empeñará en negarlo y se defenderá de múltiples maneras.
Por ello quizás tenga mucho sentido la frase muy coloquial y hasta sarcástica que he escuchado en los grupos de ayuda mutua cuando dicen que un adicto es como el “cornudo del barrio”, que ya todo mundo se ha dado cuenta menos el afectado, ya sea que lo niegue o no quiera verlo.
Hace un par de semanas en una participación para describir quien es un bebedor problema, referí que alcohólico es aquella persona que sabiendo que tiene problemas con su manera de beber, se niega a reconocer su alcoholismo, es decir, la negación se vuelve como la confirmación de su mal.
En mi caso cuando llegan por información o a pedir ayuda, suelo decirles que nadie se forma en la fila del pan para comprar tortillas, si están en la panadería es porque van a comprar pan, así que el primer síntoma de un posible problema es justo estar pidiendo información del mismo.
Quizás alguien se pueda sentir ofendido con este artículo o bien se pregunte si como especialista no tengo definiciones más científicas o académicas, que por supuesto las tengo, aunque en esta ocasión por responder algunos mensajes de mis lectores, he decidido hacerlo con un lenguaje un poco más ordinario.
En otra ocasión escuché también esta definición que comparto por encontrarla de utilidad: si camina como pato, nada como pato, grazna como pato y es blanco como pato, pues de seguro es un pato.
Así el adicto, si no puede controlar su consumo, si a pesar de las consecuencias tiene un “deseo imperioso” de seguir consumiendo, si al retirarle la sustancia abruptamente sufre los síntomas de abstinencia, si ha comenzado a perder familia, trabajo, salud, si posiblemente ha tenido accidentes, problemas legales, sociales o económicos entre otros factores, aunque lo niegue, seguramente es un adicto.
Y ¿qué hacer si alguien reúne estas características? Como lo hemos dicho, el primer paso es pedir ayuda, independientemente del modelo terapéutico que se elija de acuerdo a las condiciones del paciente y a sus necesidades clínicas, con la certeza de que hay una solución para esta enfermedad.